domingo, 24 de agosto de 2008

Síntomas de una Guerra Sucia.

Que las cosas a veces puedan ser leídas de una manera nada que ver al fin original para lo que fueron escritas, es más que cierto. Incluso para lecturas que terminan siendo como chancho en misa, nada que ver y fuera de foco,. En mi mente suena “pero dos no es igual que uno más uno”, pero, ¿qué tiene que ver la canción “Y sin embargo” de Joaquín Sabina con lo que voy a escribir una líneas más abajo? Nada. No voy a escribir de mujeres pasadas ni presentes (menos futuras) ni de onanismo mental relacionado con ellas, ni de amor o algo así, que es un poco de lo que habla esta canción, y un tema por cierto recurrente en Sabina. Para hablar de esas cosas, mejor escuchar, incluso a Sabina -tomando en cuenta lo que le queda de voz- que leerme.
Pescar a Sabina para hacer relación con lo que voy a escribir es tan absurdo como leer un diario que informa de una encuesta. Ignorancia puede ser una explicación de ello, aunque creo más en una torcida y deliberada lectura de lo que dicen, que raya casi en lo indecencia. Podría hablar casi de complot, pero plantear esa palabra me haría merecedor de unas vacaciones pagadas en un hospital siquiátrico, junto a tipos que creen que los OVNIS son conspiración de la CIA o que hablan con gente muerta. Esta vez no creo que sea el efecto de ver una película de Michael Moore, de ver Fog of War o algún documental de canal Infinito, sino simplemente de leer El Mercurio y La Tercera un domingo por la mañana. Pero el problema ya no es sólo que informan sobre encuestas. Ahora, también las hacen.
No creo que haya descubierto la Piedra Rosetta para leer bien los diarios de la plaza –que cada día son más vergonzosos- demasiado inteligente o me crea Ariel Dorfman en los 70’s haciendo un manual para leer El Mercurio y ahora La Tercera, que lo único que quiere es ser el Decano en su versión 2.0. Creo que el aire marino, la casa de mis padres y dormir decentemente un domingo hicieron que mis antenitas de vinil realizaran su pega. Al igual que en otros temas y en otros temas, están jugando sucio. No necesariamente es que mientan, sino hay un uso torcido y malo de un instrumento muy valioso para hacer investigación: las encuestas. Puede ser que como no se dedican a hacer a eso para pagar las cuentas de fin de mes, no se preocupen de lo que hacen y de sus efectos. A lo mejor quieren tanto la alternancia –por ponerle un nombre bonito- que no trepidan en ponerse betún en la cara, casco e ir en punta de codo, haciendo la guerra sucia directamente y no a través de sus brazos armados, como La Segunda en el caso de El Mercurio. Quizá es lo único que saben hacer.
Como no soy siquiatra de diarios ni nada por el estilo, vamos al asunto en cuestión. El Mercurio y La Tercera hacen de todo para subir sus ventas: por un poco más de plata, compras música clásica, autitos de colección, dvd’s de series como 24 o colecciones de Premios Nobeles. También desde hace un tiempo, hacen encuestas. No creo que en este caso lo hagan para vender, sino para algo menos tangible, poder: crear climas de opinión para sus intereses particulares –como lo hacen y han hecho otros grupos-, pero utilizando todo clase de artimañas para sostener idioteces. No es novedad esa práctica novedad, y siendo honesto, uno mismo más de una vez lo hizo para salvar un ramo, inventando cualquier tontera adornándola con notas al pie, bibliografía que no fuera Encarta y dándole seriedad diciendo a través de números lo que en palabras son idioteces. Pero no para esto.
No es malo, per se, que un diario haga encuestas. Otros medios y diarios, acá y en muchos países lo hacen, y está bien, es parte del juego. Pero no, que lo recuerde, con este nivel de bajeza. La Tercera publica hoy, en portada de su cuerpo de reportajes los resultados de una encuesta hecha por el diario, que fue la siguiente: Piñera, 35%, Lagos 9%, Insulza 6%, Alvear 4%, Frei y Lavín con un 2%. La lectura es obvia: Piñera da paliza a todos los candidatos de la Concertación juntos. Y así lo hizo La Tercera hoy día.

El problema es el siguiente, sigo recordando a Sabina, y dos no es igual que uno más uno. En una encuesta, los porcentajes no deben dar más de cien, salvo que sea una pregunta que incluya las respuestas múltiples, un primer, segundo o tercer lugar juntos, que no es éste el caso. Puede dar 101% o 102%, a lo más, tomando en cuenta el redondeo de los 0 como algo por ciento o los No Sabe o No responde. Haga la suma de los nombres recién descritos: 58% ¿Qué pasó con el 42% de los encuestados? ¿Se los tragó la tierra? Supongamos, para estirar el chicle, que existieran diez o más candidatos que hubiesen sido nombrados por los entrevistados, dado que era una pregunta abierta (al encuestado no le hacen escoger entre una alternativa) –y que debieran ser inferiores al 2% de Lavín- y que entre todos dieran un 10%. Ahí debiera aparecer en el texto –o en alguna parte- 10% en la categoría “Otros” o derechamente lo que creo que pasó, un 40% de gente que dijo “No sabe” o “No responde”. Esta fue la portada del Cuerpo de Reportajes del aspirante a Decano (El Mercurio sigue siendo el rey, hasta para ser una mierda), un pupilo que se parece cada vez más a su maestro. Al leer dos veces y sumar, la trampa queda al descubierto: La Tercera escondió el 42% de las respuestas que hicieron en su propia encuesta, un porcentaje que es superior al que obtiene el propio Piñera.



Al leer el reportaje, titulado “Se barajan las cartas de la carrera presidencial”, no sólo no aparece ninguna referencia a ese cuarenta por ciento, deliberadamente escondido por La Tercera. Es tanta la cara de nalga con que el diario trata a sus lectores, que al hacer el gráfico, lo vuelve a omitir, dándose el lujo de quedar en evidencia. La pregunta que La Tercera usa es la siguiente: ¿Por qué candidato votaría usted? La pregunta a la que hace mención el titular del Cuerpo de Reportajes es abierta (mención espontánea), en que los encuestados dicen lo que se les ocurre. Bueno, de 10 respuestas, La Tercera se pasó por ahi mismo a 4 y más de esas 10. Si hace una pregunta presidencial, a más de UN AÑO de las elecciones, cuando quien está en el gobierno no tiene candidato definido, lo serio es no hacer esa pregunta. Pero La Tercera no sólo la hace.

Al sumar los resultados de la misma pregunta, al hacerla abierta y con un listado restringido de candidatos, en la segunda donde se plantea un escenario concreto, Piñera no tiene para nada ganada la elección. Ojo que es un escenario planteado por ellos mismoa, donde se pregunta a la gente algo concreto –no lo que quiere, que se hace en una pregunta abierta- y allí los porcentajes se estrechan a 10% a favor de Piñera –en caso que no fuera Lavín-, con un 18% de gente indecisa, que es una cifra más cercana a lo que ha pasado en las elecciones en Chile, aun cuando el ejercicio que hacen no tiene pies ni cabeza hoy. Está claro que el negocio de La Tercera no está en hacer encuestas ni vivir de eso (más aún cuando en otras preguntas, en el mismo artículo, sí incluye las respuestas de “No Sabe” o “No Contesta”.
El tema es, me temo, que estamos ante una guerra sucia, en que la derecha, viendo que efectivamente puede llegar al poder sin tener que usar a los militares o siendo el poder tras el trono, va usar su vieja arma: la propaganda. A La Tercera no le interesa hacer un trabajo serio, en términos de encuestas, sino propaganda de la más básica, creando un clima de opinión en que Piñera va a ganar, lo que pone la pelota más cerca del arco rival, hablando en términos de fútbol (la gente indecisa siempre se va a lo que parece ganador). El Mercurio está en lo mismo, aunque la sutileza no le ha interesado nunca. Hoy pública una encuesta hecha por el Instituto de Ciencia Política de la UC, con cifras preocupantes sobre nuestra democracia. El único pero, es que esa encuesta, publicada en portada hoy como gran noticia, fue hecha entre el 10 de diciembre de 2007 y el 9 de enero de 2008 (SIEMPRE HAY QUE LEER LAS FICHAS TÉCNICAS) y donde el mismo estudio hace más de tres meses. Curiosamente, éste estudio no está disponible en la página web de este instituto de la Católica (al menos hoy)



No me voy a meter en las patas de los cabellos, a decir si es mejor probablística o no (para eso están otros), si por teléfono o cara-cara, aunque no deja de llamar en que las que siempre Piñera aparece mejor sean hechas por teléfono, donde son entrevistados, por razones obvias, sólo quienes tienen teléfono fijo, o sea, los sectores más acomodados de Chile. Y si a Piñera o a Lagos no les va bien ahí…Ojo con las encuestas. El problema es que gente importante, no yo –que daría lo mismo en todo caso- decide, en base a estos disparates. Y no cualquier cosa, sino decisiones políticas. El tema de fondo, es que ésta vez, la derecha viene con todo, sin ascos y sin escrúpulos a tomarse el poder, y el problema, es que en el fondo, en parte ya no molesta ver a la Concertación fuera, aún cuando el remedio será peor.
Debo reconocer que éste pequeño esfuerzo tiene bastante de inútil. No sólo por mis escasos –pero notables- lectores, sino porque mucha gente está chata de la Concertación, que ha sido el gobierno desde que yo tenía diez años, dos tercios de mi vida. Imagínense para quien tiene 20 años, la dictadura suena para ellos a cuento viejo y los 80’ a Martes 13 y a la idiotez pop. Tampoco tiene mucho sentido decir, hay que parar a la derecha. El 99 ese cuento hizo sentido, el 2005 algo, pero hoy la derecha sigue siendo el mismo lobo, pero visto tras tres piscolas, donde más de uno le abrirá la puerta. Pelear contra la derecha significa pelear por la Concertación y eso cada vez cuesta más. Por eso mejor ocupo el link de las canciones, aunque sean de otros temas nada que ver, para cerrar esto antes de seguir viendo lo que parece ser el inevitable regreso de los herederos del dictador…”ya no sé si lo que digo realmente nos hace falta, hoy no es día inteligente y no sé ir más allá, pero cuando puedas vuelve porque acecha tu fantasma jugando a las escondidas y yo estoy muy viejo ya”.