miércoles, 30 de julio de 2008

ABC Municipal 2008

Si bien cumplir la mayoría de edad no marca un antes o después para hacer muchas cosas, hay cosas para las que es necesario cumplir 18. Y puede decir mucho de uno quien lo hace. Algunos sacan carnet de manejar, otros viajan fuera de Chile por primera vez. En mi caso, me inscribí en los registros electorales y voté hace ya largos once años. Casi soy un veterano en estas lides, en entintarse el dedo, doblar el voto y ponerle la estampilla. Incluso hasta podría sonreír ante un flash mientras deposito el sufragio en la urna (un cajón de manzana adaptado para la ocasión). Más de una vez me vi tentado de llevarme el lápiz grafito como souvenir, pero hay que mantener la compostura.
No obstante, tanto espíritu cívico me traicionó y terminé siendo vocal de mesa, aunque en mi defensa, me enteré de ello por el diario y no por leso, como ir a votar a las siete de la mañana. Y resultó como pueden ser las primeras veces en algunas ocasiones: podría haber sido peor. Si ser vocal puede ser fome, más lo es en una municipal sin emoción y más aún en una mesa que de antemano se ve tan aburrida que ni llegan apoderados de mesa a asomarse. Pero como trato dejar la rabia y la pica para cosas que valgan más la pena enojarse, no sólo dejo atrás la modorra pasada sino que dejo esta pequeña y humilde contribución: un pequeño ABC para esta municipal que se nos avecina.
Así como hay algunos que dan lecciones (o cuentos) sobre mujeres, otros recetas para pasar la caña y asomarse dignamente al almuerzo del domingo, y los más bravos a vivir relajados entre tanto idiota por metro cuadrado, puedo hacer un esfuerzo en esto. Un espíritu más 2.0 o wikipedista me diría que debiera nutrirme con contribuciones de lectores. Pero como no tengo la más puta idea si esto se lee ni sé habilitar comentarios (a lo mejor lo hice y no me di cuenta: no es primera vez que me pasa). Es lo que hay.
Alcalde: la versión cívica del cacique. Si es de un pueblo chico puede llegar a ser una versión posmoderna y refinada del patrón de fundo. Puede reelegirse cuantas veces quiere. Notiene la plata de un Ministro de Hacienda en tiempos del boom del Cobre y es lo más cercano que tenemos a un peronista.
Alianza: suma de la UDI más una montonera llamada RN.
Colorines: ex militantes de la DC incomprendidos por el mundo, guardianes de la ortodoxia socialcristiana con un celo de tal magnitud que sólo ellos saben dónde está. Haciendo honor a la sigla donde ahora pertenecen (PRI) se tomaron su nuevo hogar en una operación digna del viejo Corleone.
Concejal: hasta el 2004, el premio de consuelo si no se resultaba electo alcalde. Después de esa fecha, aún no lo sé. Sería injusto eso sí atribuirle algo negativo, como también atribuirle algo que no lo sé. Es como el dedo chico del pie, para algo servirá.
Concertación Democrática: Democracia Cristiana y Partido Socialista
Concertación Progresista: El PPD y los radicales
Concertación por la Democracia: las dos anteriores sumadas, que se supone después de Octubre volverán a ser juntas como hermanastros.
Chileprimero: PPD en su versión pura. Expulsados del PPD por ser más papista que el Papa. Si tienen blog, serían también parte de Atina Chile.
Juntos Podemos: pacto que en realidad significa algo así como “entre todos la hacemos”. Dueña de una solidez granítica que se agrieta cuando hay que votar en segunda vuelta o esperar que el Congreso por fin se raje con un sistema que suelte un diputado como moneda que cae del teléfono público. Un ejemplo que ilustra que dos más dos no necesariamente es cuatro.
PC: Antiguos come lactantes que ya no asustan ni en bajada, salvo a veteranos de la guerra contra el marxismo, blogistas mercuriales u ociosos escritores de misivas al director del Decano, o monumentos nacionales a los que la amenazaban en sus tiernos años con la versión bolchevique del viejo del saco si no se comían la comida. Sigla con la que hoy se conoce a un computador de escritorio.
PDC: Conceptualmente complicado. Hombres de sangre amarilla. La verdad, bastante respetables. Mochila con la que me cargan a tallas, como algo que siempre fui en el fondo. Por colegio, biografía etc. Elemento que me haría ser una especie de Anakin Skywalker, con la flecha roja comiéndome silenciosamente el brazo y el alma sin darme cuenta. Un riesgo, sobre todo que cada día soy más viejo.
PPD: Indefinible. Si en una licuadora se meten una naranja y un plátano, sale un jugo de de naranja plátano. Pero si a eso se le añade un tomate, una manzana, un pepino, kiwi, frutilla y melón calamañeno, pierde el sabor y sale cualquier cosa. Y si a esa mezcla, se le echa un durazno, sigue saliendo cualquier cosa. Eso es el PPD. Tiene todos los ex: MAPU (ya partimos mal), comunistas, miristas, izquierdistas cristianos, evangélicos, ecologistas, progresistas, liberales, necesitados de un pituto, etcétera.
PRI: Sigla de origen mexicano, que agrupa a provincianos llorones del centralismo y caciques, fundamentalmente nortinos. En la actualidad en toma por los colorines. Los provincianos siguen allí, como invitados. Se ponen con la once y ayudan a pagar las cuentas.
PS: Parecido al PPD (pero no igual) aunque respetable. Tiene Comité Central, historia y cierta argumentación intelectual. De compleja relación con el PC, es como el ex, pero vengativo.
Radicales: Al igual que los hinchas de la Unión Española, sub-110 en su mayoría (lo que dice el prejuicio eso sí). Me sentaría con ellos en la mesa, sin duda. Comen y toman bien. Buenos negociantes de cupos parlamentarios. Pillos, buenos si se tienen de socios.
RN: Montonera venida a más debido a la presencia en sus registros de militantes de un candidato presidencial favorito en la quiniela y que tiene gruesa billetera propia. Tienen en su militancia desde antiguo momio que se formó leyendo el Diario Ilustrado hasta liberales que quieren una derecha moderna –no chilena. Tienen el complejo de antiguo hijo natural, que busca ser reconocido por el hermano extranjero. El único problema es que afuera la derecha es la DC, y acá, son ellos.
UDI: Los guardianes de la cristiandad y la civilización occidental, pero bien vestidos y de universidades reconocidas (no necesariamente por el Estado). Con problemas de crecimiento (les ha ido bien) y ciertos síntomas de montonera, pocos eso sí. El nuevo Ejército Blanco comebolcheviques, pero efectivo. Disciplinados como los viejos comunistas, pero con billetera propia.