miércoles, 14 de mayo de 2008

1968.

¿Qué más se puede decir de 1968? Bueno, en realidad ese año fue Mayo, y aunque sólo duró un mes, quizá algo más, su resaca vuelve a rondar de vez en cuando. Mucho ya se ha escrito y buena parte de ello son, sin duda, los mitos y (pre) juicios, casi dogmas de fe. Mayo 1968 sigue en la mente, aunque mucho de aquello sea una canción de Joan Baez, jovencitos con el puño en alto, hoy cándidos abuelos de sesenta, quizá el viejo choro que comparte un pito con tus amigos. ¿Qué quedó? Un Bob Dylan setentón, y pensar que hace casi tan poco cantaba en plenos años setenta. Un Vietnam que hoy es una maquila, Checoslovaquia existe sólo en una novela de Havel o Milan Kundera. Un hombre nuevo que siguió siendo el mismo viejo de siempre. Una píldora que, salvo en países como Chile, hace rato no es sinónimo de trasgresión; sostenes que ya no se queman, sino se recambian en cómodas cuotas. De allí hasta hoy nada cambió, pero todo fue distinto.
Mucho más podría seguir diciendo, pero sería repetir axiomas o plantear hipótesis que no tiene mucho sentido comprobar; todas ellas finalmente se encausan en aquellos rebeldes, después exitosos hombres públicos o de negocios, todo lo que alguna vez combatieron. Los antiguos hippies, los hombres nuevos de aquellos años. La conclusión suena obvia y los personajes de nuestra historia reciente aparecen como una tentación para ser puesta por escrito en los párrafos siguientes. Pero el peligro de la caricatura está siempre latente, riesgo inherente a la casi inevitable narración de procesos de (re)conversión o vueltas de chaqueta.
Sin ser un estudioso del 68 –ni muchos menos- tengo la idea que en el Hombre Unidimensional de Mercuse está la clave que todo ello haya sido sólo un sueño. Pero Marcuse es demasiado enredado para explicarlo ahora, y creo que en mi supuesto descubrimiento de una clave para entender 1968, hay más de una búsqueda de ella que una explicación real (en resumen, probablemente lo entendí mal). En el libro de Cohn-Bendit –que tiene título de novela de Marcela Serrano- hay una reconstrucción de historias personales y distintos caminos post-68. En fin, hay varias cosas, hay canciones notables de ello. Pero a veces creo, que lo que pasó allí es más simple y complejo como el mismo hombre.
La mejor explicación la encontré en una película, cuya gran gracia era no ser una película de esos años. Se llama Edukators. Sin hacer una resumen de la película, en ella hay una escena decidora; Hardenberg (Burghart Klaussner –el papá de Alex en Good Bye Lenin) es interrogado por uno de sus secuestradores, Jen (Daniel Brühl, Alex de Good Bye Lenin) Hardenberg, quien es un ejecutivo de éxito, al conocer a sus secuestradores, fuma un pito de marihuana con ellos, y bueno, hicieron lo que nunca deben hacer secuestrado ni secuestrador: conversar. Y resultó que Hardenberg había sido amigo de Rudi Dustchke, pero obviamente sin seguir un camino a lo Baader-Meinhof. Obviamente, tras una leve resaca, llegó a la mañana siguiente la pregunta de rigor: ¿Por qué tomaste otro camino, en que minuto?
La respuesta fue tan simple como notable: Un día quise cambiar mi auto destartalado por uno con aire acondicionado. Quise una casa, seguridad para mis hijos y sin darme cuenta, en las urnas, voté por la CDU (que en Chile sería la derecha, aunque el que está se encuentre a la derecha del mundo, pero ese es otro tema). Esa fue la respuesta. En algún minuto uno se vuelve grande, cosa que aún no sé que es ni que significa. Parafraseando la película, si no eres de izquierda antes de los 30 no tienes corazón, pero si tienes 30 y eres de izquierda, no tienes razón. Pero a 40 años de Mayo 1968, el problema es que tengo casi 30 y el escaso corazón que tenía, ¡ahora resulta que no tiene razón alguna! A mi favor está que nunca fume pitos, no creo en el amor libre, no quise cambiar el mundo. Si bien ya no creo en lo que creía, tampoco tengo que creer en lo que despreciaba (las razones de ello, vendrán en otro escrito). Bueno, no fui MAPU, ni Hippie. Y la razón fue simple: mi infancia fue en los 80 y la adolescencia en los 90’, y la conclusión de ello, a la vista.


EDUKATORS: http://www3.ifcfilms.com/theedukators/
http://www.imdb.com/title/tt0408777/

"La Revolución y nosotros que la quisimos tanto": http://www.amazon.com/Revolucion-Nosotros-Que-Quisimos-Tanto/dp/843396609X/ref=sr_1_1?ie=UTF8&s=books&qid=1210775494&sr=8-1